La última hora del mercado de fichajes, en directo

Jugaba siempre con una rodillera en la pierna derecha, tras un golpe que se dio con la cama cuando era pequeño. Jorge Mendonça, el primer africano del FC Barcelona, fichó en 1967 por el club blaugrana por 12 millones de pesetas (unos 82.000 euros) procedente del Atlético de Madrid. Era un futbolista de exquisita técnica. La afición colchonera todavía recuerda que fue gracias a un gol suyo que el Atlético rompió la racha de imbatibilidad del Madrid en el Bernabéu (8 años y 18 días). Con el Barça ganó la Copa, en la famosa final de las botellas, en la que los blaugrana se impusieron al Madrid en el Bernabéu. Al terminar el partido, la esposa del ministro de Gobernación le manifestó a Bernabéu: “Don Santiago, hemos perdido, ¡que desgracia!“. Su marido le dijo que felicitase al presidente del Barça. Y comentó: “Claro, claro, porque Barcelona es España ¿no?” A lo que Narcís de Carreras le repondió: “Senyora... no fotem!” El dirigente blaugrana acabó por traspasar gratis a Mendonça al Mallorca después de que el jugador se hiciera testigo de Jehová. Tras las botellas que lanzaron los aficionados del Madrid se prohibió la entrada de ampollas de vidrio a los estadios y nueve años después se pusieron rejas.

Allan Simonsen fue el primer jugador danés del Barça. Llegó en 1979 y sustituyó a Neeskens. Había ganado el Balón de Oro y era considerado el mejor extremo de Europa. De pequeña estatura (1,65) pero extrema habilidad y rapidez se ganó el cariño de la afición del Barça, que lo llamaba ‘Simonet’. Ganó la Recopa del 82 marcando un gol y dándole otro a Quini. Fue un extraordinario futbolista pero nunca supo pronunciar la palabra “partido”. Decía siempre “patito”. Luego el Barça fichó a Maradona y Simonet se fue dejando un gran recuerdo.

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